Cuando Dios destruye Sodoma y Gomorra porque hay mucho homosexual

Lot (un descendiente del hermano de Abraham) vivía en Sodoma y ofreció alojamiento a dos ángeles que pasaban por ahí (todo muy normal). Pero lo que pasa a continuación te sorprenderá... resulta que TODOS los hombres de esa ciudad acuden a casa de lot y le dicen que saque a los ángeles, que se quieren acostar con ellos. Así, tal cual. 

Así que Lot hace lo que haría cualquier padre con dos dedos de frente : ofrecer a sus dos hijas para que las viole todo el pueblo. Porque eso es mucho más normal que querer acostarse un hombre con otro, se ve.

Entonces los ángeles explican a Lot por qué están ahí : van a destruir esa ciudad de pervertidos (por orden de Dios, claro), y para salvarse, Lot y su familia tienen que huir. Los dos ángeles acompañan a Lot (de la mano, porque va to borracho)

Los Ángeles advierten a Lot y a su familia que NO TIENEN QUE mirar para atrás. Pero como de costumbre, tiene que haber una mujer desobediente. La mujer de Lot mira hacia atrás mientras Dios está mandando una lluvia de fuego y azufre para cargarse a todos los habitantes de Sodoma y Gomorra, y se transforma en estatua de sal. Puta manía de las mujeres de no hacer caso, es que nunca aprenden.

Bonus: ¿Sabes cómo se llamaban la mujer de Lot y sus hijas? ¿No? Lee bien. ¿No lo ves?. Exacto, no aparece su nombre por ninguna parte. ¿A quién le importa el nombre de una mujer?


Génesis 19
Caía la tarde cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad. Al verlos, se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra. 2 Les dijo:
—Por favor, señores, os ruego que paséis la noche en la casa de este vuestro siervo. Allí podréis lavaros los pies, y mañana al amanecer seguiréis vuestro camino.
—No, gracias —respondieron ellos—. Pasaremos la noche en la plaza.
3 Pero tanto les insistió Lot que fueron con él y entraron en su casa. Allí Lot les preparó una buena comida y coció panes sin levadura, y ellos comieron.
4 Aún no se habían acostado cuando los hombres de la ciudad de Sodoma rodearon la casa. Todo el pueblo sin excepción, tanto jóvenes como ancianos, estaba allí presente. 5 Llamaron a Lot y le dijeron:
—¿Dónde están los hombres que vinieron a pasar la noche en tu casa? ¡Échalos afuera! ¡Queremos acostarnos con ellos!
6 Lot salió a la puerta y, cerrándola detrás de sí, 7 les dijo:
—Por favor, amigos míos, no cometáis tal perversidad. 8 Tengo dos hijas que todavía son vírgenes; voy a traéroslas para que hagáis con ellas lo que os plazca, pero a estos hombres no les hagáis nada, pues han venido a hospedarse bajo mi techo.
9 —¡Quítate de ahí! —le contestaron, y añadieron—: Éste ni siquiera es de aquí, y ahora nos quiere mandar. ¡Pues ahora te vamos a tratar peor que a ellos!
Entonces se lanzaron contra Lot y se acercaron a la puerta con intenciones de derribarla. 10 Pero los dos hombres extendieron los brazos, metieron a Lot en la casa y cerraron la puerta. 11 Luego, a los jóvenes y ancianos que se agolparon contra la puerta de la casa los dejaron ciegos, de modo que ya no podían encontrar la puerta. 12 Luego le advirtieron a Lot:
—¿Tienes otros familiares aquí? Saca de esta ciudad a tus yernos, hijos, hijas, y a todos los que te pertenezcan, 13 porque vamos a destruirla. El clamor contra esta gente ha llegado hasta el Señor, y ya resulta insoportable. Por eso nos ha enviado a destruirla.
14 Lot salió para hablar con sus futuros yernos, es decir, con los prometidos de sus hijas.
—¡Apresuraos! —les dijo—. ¡Abandonad la ciudad, porque el Señor está a punto de destruirla!
Pero ellos creían que Lot estaba bromeando, 15 así que al amanecer los ángeles insistieron con Lot. Exclamaron:
—¡Apresúrate! Llévate a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí, para que no perezcan cuando la ciudad sea castigada.
16 Como Lot titubeaba, los hombres lo tomaron de la mano, lo mismo que a su esposa y a sus dos hijas, y los sacaron de la ciudad, porque el Señor tuvo compasión de ellos. 17 Cuando ya los habían sacado de la ciudad, uno de los ángeles le dijo:
—¡Escápate! No mires hacia atrás, ni te detengas en ninguna parte del valle. Huye hacia las montañas, no sea que perezcas.
18 —¡No, señor mío, por favor! —respondió Lot—. 19 Tú has visto con buenos ojos a este siervo tuyo, y tu lealtad ha sido grande al salvarme la vida. Pero yo no puedo escaparme a las montañas, no sea que la destrucción me alcance y pierda yo la vida. 20 Cerca de aquí hay una ciudad pequeña, en la que podría refugiarme. ¿Por qué no dejas que me escape hacia allí? Es una ciudad muy pequeña, y en ella me pondré a salvo.
21 —Está bien —le respondió—; también esta petición te la concederé. No destruiré la ciudad de que hablas. 22 Pero date prisa y huye de una vez, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allí.
Por eso aquella ciudad recibió el nombre de Zoar.[a]
23 Lot llegó a Zoar cuando estaba amaneciendo. 24 Entonces el Señor hizo que cayera del cielo una lluvia de fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra. 25 Así destruyó esas ciudades y a todos sus habitantes, junto con toda la llanura y la vegetación del suelo. 26 Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y se quedó convertida en estatua de sal.

2 comentarios:

  1. Te animo a que sigas y lo juntes todo después en un libro. Me ofrezco a maquetarlo gratis para que puedas hacer una autoedición como las que yo hago de mis libros.

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  2. Jeje, gracias Vicente por tus ánimos y ofrecimiento. Vamos a empezar por seguir con con los artículos y luego ya veremos.

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